Desde la antigüedad distintas tradiciones reconocen la existencia de centros energéticos en el cuerpo humano, cuyo correcto funcionamiento es la base del equilibrio físico, emocional y mental del ser humano. En la india reciben el nombre de chacras, en la tradición china el nombre de dantian.
Estos centros de energía permiten la circulación y transformación de la energía de vida. Son como ruedas o molinos que absorben, transforman y transmiten la energía que alimenta nuestro cuerpo físico y energético.
Como en una escala musical cada chakra vibra y emite una frecuencia vibratoria específica. Cada uno está asociado a glándulas y órganos distintos, a estados emocionales y de conciencia diferentes. Cualquier perturbación de los chakras afecta a los distintos aspectos asociados, físicos o emocionales. Cuando el conjunto está armonizado, la persona goza de un equilibrio global.
A través de prácticas energéticas como el Qi Gong de la Verticalidad se puede armonizar y limpiar estos centros. Hay posturas y respiraciones concretas que permiten enraizar, dilatar y abrir los diferentes centros energéticos y restaurar así el equilibrio perdido. La energía puede entonces fluir armoniosamente y encauzarse mejor en nuestro camino de vida.