El Qi Gong de la Verticalidad se caracteriza por la construcción de ejes que contribuyen a nuestro equilibrio físico-energético.
La práctica se inicia construyendo un eje central, zhong zhu, que verticaliza todo el edificio corporal y recorre el centro de nuestro cuerpo uniéndonos al Cielo y la Tierra. Este eje da estabilidad a nuestro cuerpo físico, y permite abrirnos a la circulación del Qi, el aliento vital que sustenta la vida.
La práctica integra diferentes ejes que permiten espacializar correctamente el cuerpo. Entre ellos, el eje o estiramiento oblicuo, con el que estimulamos un importante punto de acupuntura asociado a la función hígado. Se puede así liberar toxinas acumuladas en ese órgano y fabricar sangre nueva, reforzando el sistema inmunitario.
Al usar distintos ejes y puntos de apoyo del cuerpo, el Qi Gong de la Verticalidad estimula los puntos de energía asociados a los canales energéticos, suerte de ríos de energía por donde circula el Qi o energía vital, nutriendo todo el organismo. De este modo se armoniza progresivamente la circulación del Qi a través de nuestro cuerpo, lo que contribuye a construir un verdadero equilibrio global de la persona.